Falta de ejercicio - Sedentarismo
El
empeoramiento de los hábitos de vida propio de las, la
evolución de los sistemas de transporte y la tecnología laboral, los nuevos
modos de ocio… todo colabora para que todos –niños y mayores- asuman como
válidos comportamientos claramente sedentarios y, por tanto, perjudiciales para
la salud.
La
inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores
factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha
establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la
mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioesclerosis,
hipertensión y enfermedades respiratorias.
Cómo se previene el sedentarismo
Al igual que
otros factores, el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo
que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio
físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y
reduce su riesgo cardiovascular. En este sentido, hay un aspecto fundamental
que es la prevención en la infancia.
Los niños de
hoy en día tienen peores hábitos de alimentación, ejercicio físico y
ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que imparten en las
escuelas al tiempo que el ordenador, los videojuegos y la televisión se
convierten en sus principales vías de esparcimiento. Educar a los más pequeños
en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades
al aire libre es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos.
Sin olvidar,
además, que esa prevención colaboraría en la mejora de las cifras de colesterol
y sobrepeso de los más pequeños.
Tratamiento
El sedentarismo
sólo se combate con actividad física. Y, como hemos repetido en
numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La
clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos
de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el
caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo
de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la
salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio
exhaustivo y desmedido de forma aislada.
Relación con otros factores
El sedentarismo,
además de provocar por sí mismo un importante daño a nuestro sistema
cardiovascular, contribuye a acentuar los efectos de otros factores de riesgo
como la obesidad, la hipertensión o el colesterol. Una persona sedentaria
tiende a tener sobrepeso, suele fumar y es habitual que tenga una alimentación
desequilibrada.
Por el
contrario, está demostrado que la actividad física y el ejercicio
colaboran tanto en el mantenimiento del peso como en el control de las cifras
de tensión arterial y colesterol.
Ademas:
Se ha estimado que el sedentarismo pudiere ser responsable de 12,2% de los infartos al miocardio en la población mundial y así, una de las principales causas prevenibles de mortalidad. La falta de actividad física trae como consecuencia además:
- El aumento de peso corporal por un desequlibrio entre el ingreso y el gasto de calorías, que puede alcanzar niveles catalogados como obesidad.
- Disminución de la elasticidad y movilidad articular, hipotrofia muscular, disminución de la habilidad y capacidad de reacción.
- Ralentización de la circulación con la consiguiente sensación de pesadez y edemas, y desarrollo de dilataciones venosas (varices).
- Dolor lumbar y lesiones del sistema de soporte, mala postura, debido al poco desarrollo del tono de las respectivas masas musculares.
- Tendencia a enfermedades como la hipertensión arterial, diabetes, síndrome metabólico.
- Sensación frecuente de cansancio, desánimo, malestar, poca autoestima relacionada con la imagen corporal, etc.
- Disminuye el nivel de concentración.